jueves, 24 de noviembre de 2011

Pequeño cuento

\\ Había una vez un pequeño ratón de campo que vivía solo en mitad del bosque. Su vida transcurría tranquila en un quehacer diario de traer y llevar grano a un pequeño almacén. Se pasaba el día de arriba para abajo, pensando solo en su trabajo. Y los momentos de ocio los llenaba con su afición a coleccionar hojas secas de un gran arce que había cerca de su casa. Las tenía de todos los colores y tamaños. Sólo debían reunir el requisito de estar secas.
Una mañana que no tenía que trabajar, una ardilla nerviosa que pasaba por su lado mientras recogía las hojas, se paró y le preguntó angustiada: "Buenos días, ratón. ¿Podrías decirme por qué recoges hojas secas?"
Él, la miró con sus ojos grandes y tristes y se encogió de hombros mientras contestaba: "Pues no sé decirte por  qué....Llevo haciéndolo durante tanto tiempo que ya ni recuerdo el motivo. Aunque me gusta mirarlas, son bonitas."
"¿¿¿Bonitas???"- contestó la ardilla sorprendida. "Bonito es observarlas cuando son verdes, o amarillas, y están vivas en el arce. Bonito es pasear bajo el sol mirando para arriba y disfrutando de la majestuosidad de los árboles de nuestro bosque. Bonita es la vida".
El ratón, un tanto desconcertado, la miró de arriba a abajo sorprendido. Había dedicado su vida a recoger grano y hojas inertes del suelo. Siempre corría de un lado para otro mirando para el suelo. Pensaba que si lo hacía mirando hacía arriba, los halcones podrían verlo mejor y comérselo. Le pareció una locura todo lo que decía la joven ardilla. Las cosas muertas no pueden hacerte daño...
Ella, le dedicó una sonrisa y le dijo: " Si dedicas tu vida a lo inerte, sin darte cuenta, conviertes tu existencia en muerte. Si caminas con la cabeza baja, te acabas convirtiendo en un ser huraño y encorvado. El miedo se alimenta del miedo. Y la muerte de muerte. Por eso te digo, amigo ratón, que levantes la vista, camines con valentía por los frondosos senderos y observes la vida que te rodea...." //

domingo, 6 de noviembre de 2011

AMIGOS

A veces, conoces a personas, en lugares poco comunes, en momentos insospechados, el día que menos lo esperas, de la manera más inusual...y como por arte de magia, empiezan a formar parte de tu vida.
Yo, he tenido la suerte de conocer a gente que me aporta mucho, que me da mucho, y que me enseña mucho. Que sabes que en momentos difíciles no te van a fallar. Que siempre puedes contar con ellos. Tanto como para cerrar bares cantando, como para tener un hombro en el que apoyarte cuando las cosas se enturbian.
He querido dedicar esta entrada, a mis amigos. Porque forman parte de mi familia, porque tengo la suerte de contar con un grupo maravilloso, que siempre está abierto a conocer mundos nuevos, personas, y sobre todo a pasarlo en grande.
Siempre consiguen hacerte reír, se preocupan por ti cuando estás enferma, te acompañan en los momentos duros, y te dan su opinión sincera siempre.
Amigos no sólo son los que te aplauden en tus éxitos, sino los que te ayudan a levantarte cuando fracasas. Y siempre, siempre, te quieren seas, como seas, hagas, lo que hagas.
Soy una persona muy afortunada al poder contar con ellos. Y creo que se merecen un pequeño homenaje.
GRACIAS POR ESTAR AHÍ, Y POR ESTARLO SIEMPRE. OS QUIERO.