Se acabó. Se derribó el muro, la pared,...Me liberé del escudo y la armadura.
Empiezo a volver a ser como era antes...como siempre he sido. Vuelvo a ser yo....Con mis virtudes, defectos, ilusiones y sueños. YO.
A veces, por circunstancias de la vida, dejamos que nuestro verdadero yo quede aletargado, dormido, o preso en una cárcel que nosotros mismos construimos. Con nuestros miedos, frustraciones, inseguridades, ...Y debemos ser nosotros mismos los que logremos romper con todo y seguir adelante.
Dejémonos fluir, dejémonos llevar por la corriente.
Libera tu cuerpo y tu mente. Sé consciente de cada estímulo, cada movimiento, cada sentimiento, cada impulso,…
Deja que una caricia desate un huracán, que el roce de unos labios en tu nuca te erice la piel, que tu cuerpo se entregue a la pasión sin pensar en un por qué, en un mañana,….déjate llevar por el momento.
Cuando ames, ama conscientemente. Cuando te entregues a algo o alguien, hazlo sabiendo de verdad lo que estás haciendo.
Pon todo tu ser en ello. Vive con pasión todo lo que hagas. Entrégate siempre con seguridad y decisión.
Y exprésate con libertad. Deja fluir tus sentimientos sin miedos. Lo que sientas en cada momento, no lo reprimas.
La vida pasa muy deprisa, y debemos dejarnos fluir con ella.
VIVE, COME, AMA, SIENTE, DISFRUTA, SONRÍE, con toda intensidad.