Hay ocasiones en nuestras vidas en las que nos encantaría poder disponer de un mando a distancia y poder darle al "pause". Congelar ciertos momentos, o simplemente pararlos para respirar.
Existen circunstancias que nos hacen forzar nuestra máquina hasta límites insospechados, tensar la cuerda al máximo, exprimir hasta la última gota el jugo de nuestras fuerzas...Y, en esos momentos, desearíamos poder tener un suplente en el banquillo. Alguien que saliera a "jugar" por nosotros, alguien a quien ceder el testigo de la carrera,...Pero, no puede ser.
Así que en esos instantes, en los que lo único que queremos es tirar la toalla y abandonar, en los que el agotamiento se apodera de nosotros, y el cuerpo y la mente se transforman en pesadas losas, debemos hacer una pequeña reflexión.
La vida es cíclica, esto lo he repetido varias veces, así que dejémonos de suplentes y pensemos en salir al campo a batear fuerte. El partido tiene una duración determinada, no hay partidos eternos, ni tormentas infinitas, ni los mares se secan.
Es bueno contar con ayuda de aquellos que nos rodean, pero pensando siempre, que no debemos confundir "ayuda" con "dependencia". Los que nos tienden su mano, no quieren ser suplentes, sólo quieren ser la mano que te empuja a levantarte. Es importante no confundir esto. Todos tenemos límites, todos nos cansamos, pero lo que no podemos hacer es dejar que esa situación de "no poder más" se apodere de nosotros. Incluso cuando sea verdad que no podemos más.
Yo, ahora mismo, quizás necesite un suplente en el banquillo...Pero en el fondo sé, que esto pasará pronto. Que hay luz al final del túnel, y que puedo contar con tu mano para levantarme.
Tú puedes contar con la mía para levantarte...