lunes, 4 de junio de 2012

Cambiante

Y de repente, escuchas la letra de una canción que te conmovió la primera vez que la escuchaste, y cobra un nuevo significado. Lo mismo pasa al volver a un lugar, al leer o un libro, al ver una película, o contemplar una obra de arte. Todo cambia de rumbo según el momento de tu vida en el que estés.
Y este fin de semana volví a escuchar esta canción, y, mirándote  los ojos respiré tranquila...Gracias por darme tanta paz...

Se le nota en la voz, por dentro es de colores,
y le sobra el valor que le falta a mis noches.
Y se juega la vida
siempre en causas perdidas.

Ojala que me la encuentre ya entre tantas flores.
Ojala que se llame amapola,
que me coja la mano y me diga que sola...
No comprende la vida, no.
Y que me pida más más más más, dame más.
Y que me pida.

Es capaz de nadar en el mar más profundo.
Igual que un superhéroe, de salvar al mundo.
Donde rompen las olas
salva una caracola.

Ojala que me despierte y no busque razones.
Ojala que empezara de cero,
y poderle decir que he pasado la vida
sin saber que la espero, no.
Y sin que me pida más más más más, dame más.
Sin que me pida.

Si te vas
me quedo en esta calle sin salida, sin salida.
Que este bar
está cansado ya de despedidas, de despedidas.
........
Quédate muy cerca de mi,
así los dos, dulce madrugada.
Mírame y vuelve a sonreír,
que sino, yo no comprendo nada.