miércoles, 22 de septiembre de 2010

Todo empezó....

Mi vida estaba tornándose rutinaria. Demasiado, diría yo....Notaba en los poros de mi piel que algo iba a pasar. O al menos, es lo que esperaba. Necesitaba un cambio. Cuando llevas un tiempo, haciendo lo mismo, día tras día, te empiezas a sentir más autómata que persona.
Estaba a punto de tirar la toalla. En el trabajo me sentía vacía. No me sentía realizada, ni valorada. Se estaba convirtiendo en un lastre del cual me estaba cansando. Demasiada presión, poco tiempo para mí y los míos, envidias, ...Estaba agotada.
Y cuando piensas que no hay nada peor...te equivocas, pecamos de egocentristas...La vida da unos palos que ni te imaginas...o lo mismo sí....
Se me fué un trozo de mí. Y se fue para siempre. Y se fue despidiendo poco a poco....durante el mes más triste y duro de mi vida. El agosto más frío que pueda recordar. Cada día era como si te clavaran un puñal de acero helado. Nunca había sufrido tanto.
Todo iba mal. ¿De dónde se sacan fuerzas cuando creemos que nada puede cambiar?
Y entonces, sin esperarlo, te dispones a realizar tu rutina diaria roboticamente y algo sucede. Señales...a veces pasan desapercibidas porque andamos demasiado ocupados compadeciéndonos. Pero están ahí.
En mi caso fue una llamada de teléfono. La cual ignoré varias veces. Y de repente, contestas, y...la vida te cambia.
Me ofrecen un trabajo nuevo. Algo que siempre quise hacer. Algo por el cual, ya casi ni me acordaba, que perdía la cabeza. Tengo que trasladarme (más cambios). La vida dió un giro de 360º. Todo iba  a ser diferente. Sucedío....el salto cuántico que tanto anhelaba.
Toda vida tiene un punto de inflexión, un cambio, una toma de decisión acerca de lo que realmente importa.
Ahora ya lo sé.....

1 comentario:

  1. porque te he dicho que iba a comentar, pero......sin palabras, solo lagrimones después de 15 meses hechandola en falta. Te Quiero Prima, Gracias por ese pequeño comentario para la persona más grande del mundo

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