miércoles, 20 de octubre de 2010

El poder de una sonrisa

Y mi vida en Lebrija se va desarrollando satisfactoriamente. Y es que te llena por completo el hacer lo que te gusta.
Yo disfruto cada día con mi trabajo. Me levanto con muchas ganas, pensando "a ver con qué me encuentro hoy". Ponemos el cafelito (siempre dejo la cafetera preparada la noche antes), y después de la ducha, a desayunar para afrontar el día con energía.
Oí una vez una intervención de Elsa Punset en la que decía, que el pensamiento positivo condicionaba nuestro día. Yo llevo poniéndolo en práctica desde que sufrí mi salto cuántico. Y debo decir que funciona.
Sonreír no cuesta nada, y puede cambiar la manera de ver las cosas. Una sonrisa y una palabra amable durante el cuarto de hora del café (recreo de los maestros...), me ha conducido a una invitación a un almuerzo inesperado muy grato, un rato de charla en inglés, y unas horas de risas y anécdotas. Sólo una sonrisa...
Después, llego a casa, pensando todavía en el puding de piña del postre, me aseo, cojo mi portátil y me bajo a esperar a mi compañera Valverdeña para ir al curso de las TIC´S en el aula.
Un día muy aprovechado, un día pleno. Ahora...a terminar de corregir. Un roiboos calentito y a descansar, para mañana...poder seguir sonriendo.

1 comentario:

  1. me encanta,que bien escribes! y si,es importante sonreis,yo lo pongo en práctica cada día aunque se me caiga mi paleta de sombras y se me hagan pedazos como me ha pasado hoy,no pasa nada,es algo que no podemos controlar pero si la manera en la que reaccionar!! Merche

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