"...trastorno del sentido del equilibrio que se caracteriza por una sensación de falta de estabilidad. La persona que sufre vértigo siente que los objetos giran a su alrededor o que ella misma experimenta un movimiento rotatorio del cuerpo..."
La vida en sí da vértigo...Recuerdo la sensación de temblor, inestabilidad y movimiento involuntario al bajar por la escalera de caracol de la Sagrada Familia de Barcelona. Todo giraba, yo giraba y era incapaz de controlar mis piernas...Resulta que era vértigo, o "miedo a las alturas".
Cuando creo haber superado el vértigo, resulta que vuelve, pero de forma diferente. Mirar hacia delante me da vértigo. Y, hacia atrás, prefiero no hacerlo, o evitarlo (aunque a veces no lo pueda controlar). Y...¿qué hacer cuándo el presente también te da vértigo?
Es ahí cuando surge el, digamos,..."problema". A veces el vértigo que sentimos lo creamos nosotros mismos. Puede manifestarse de varias maneras, y en diversas situaciones. Hay personas a las que les da vértigo adoptar una mascota, comprar un CD, dejar un cepillo de dientes en un baño ajeno (me viene a la cabeza un capítulo de Sexo en Nueva York), prestar una camiseta, dar un abrazo, recomendar un libro, recibir un regalo, etc...
La sensación que se experimenta es la del suelo temblando bajo los pies, como si se desmoronase, como caminar por un puente colgante. Todos hemos sufrido de vértigo alguna vez, por algún motivo, en algún lugar y momento determinado.
Muchas veces, este "vértigo" nos desequilibra más de la cuenta. Debemos evitar hacernos presos de él. Esa sensación de cosquilleo e inestabilidad no es mala, si sabemos controlarla.
Si es cierto que controlar los sentimientos es como "ponerle puertas al campo" (parafraseando a un amigo mio). Pero no dejar que nos dominen es tarea nuestra.
El vértigo puede venir de la mano del rencor, la envidia, la inseguridad, el miedo,... Todos esos "malos" sentimientos que se cuelan en nuestro día a día. Y que, no podemos evitar sentir, pero sí evitar que nos dominen.
El diálogo directo con gente cercana puede ayudarnos, pero lo que mejor nos puede venir es un monólogo interior, en silencio, y escucharnos a nosotros mismos.
Sólo nosotros conocemos el verdadero por qué de nuestros vértigos. El motivo, la circunstancia que los desencadena, etc.
Sentir vértigo, supongo que no es malo, es una forma que tiene la vida de llamarnos la atención ante diferentes situaciones. Lo que sí tenemos que cuidar, es que no nos domine. El control de nuestra vida ha de ser nuestro.
Somos seres únicos, no títeres...
martes, 14 de agosto de 2012
lunes, 6 de agosto de 2012
Annie
Me desvelo pensando en nada...Y, antes de que suene el despertador, me levanto, me lavo la cara y desayuno. Todo muy trivial, todo muy mecánico.
Me ducho, me visto, preparo el bolso (cartera, agenda, llaves, móvil, neceser, pañuelos de papel, y el guión original de Annie Hall, una de mis películas favoritas), y salgo a a calle.
Me gusta pasear, me gusta ir a los sitios caminando. Me parece que con el ritmo de vida que llevamos, deberíamos caminar más. Y observar más. Detenernos aunque sean unos minutos a disfrutar de lo que nos rodea.
Hoy iba al médico, la verdad, es que me ha dicho que estoy sana como una pera, lo cual reconforta. Así que seguí mi camino. Observando los árboles mecidos por el aire caliente del terral, dejando pasar los rayos de sol entre sus hojas y ramas. Me senté en un banco, un momento, sólo unos minutos. Una pausa, pequeña. Aun era temprano, y, ya se sabe que en verano, las calles despiertan más tarde. Por lo que hasta podía distinguir el sonido de los pájaros en plena ciudad.
Y, aunque intenté no pensar en nada...es algo bastante complicado. Y una imagen asaltó mi cabeza, "Cary Grant". Lo había visto esta mañana en un programa de televisión mientras desayunaba. En uno de esos canales en los que sólo echan películas. Y pensé en él, besando a Grace Kelly en "Atrapa a un ladrón", o montado en moto con Audry en "Vacaciones en Roma".
De pequeña, soñaba con ser una de esas guapas actrices de Hollywood, con sus vestidos elegantes, siempre sonrientes y bien peinadas (lo cual en mi caso hubiese sido "misión imposible").
Me gusta imaginarme la vida como en las películas. Es mucho más divertido y menos triste.
Pero, siempre quise ser Dianne Keaton. Siempre quise ser la excéntrica Annie Hall. Y poder llevar corbata y chaleco. Y no tener miedo a decir lo que pienso. Y enamorarme sin reparo.
Sí, Annie y su eterna sonrisa (¡y ese pelo!). La valiente Annie. La loca de Annie....
Creo que es uno de mis personajes favoritos del cine....Tan imperfectamente perfecta, que enamora.
Y esa voz....Quien pudiese ser Annie Hall...Sólo unos minutos....
Se hace camino al andar....
Este sabado, asistí a. posiblemente, uno de los mejores conciertos de mi vida. Se trata de la gira "Dos pájaros contratacan" de Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina. Y, en estos tiempos que corren, de angustia y desesperación, de crisis y miedos, al oír de nuevo esta canción, recordé, que hay que mantener la vista al frente, levantar la cabeza y no perder nunca la esperanza... Grande Serrat, grande Sabina, grande Machado....
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse.
Nunca perseguí la gloria...
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...
Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar:
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
golpe a golpe, verso a verso...
Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
golpe a golpe, verso a verso...
Cuando el jilguero no puede cantar,
cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
golpe a golpe, verso a verso.
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse.
Nunca perseguí la gloria...
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...
Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar:
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
golpe a golpe, verso a verso...
Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
golpe a golpe, verso a verso...
Cuando el jilguero no puede cantar,
cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
«Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...»
golpe a golpe, verso a verso.
jueves, 2 de agosto de 2012
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