.....Más, por favor...

Dicen que si agradeces a la vida y le pides más...te complace con abundancias. Es como el refrán de "quien siembra recoge".
Pero...todos queremos ser felices, y a veces, no siempre recibimos lo mismo que damos. Se trata de lo que los budistas llaman "karma". Si en tu vida terrenal acumulas "buen karma", tu reencarnación será más próspera que tu vida pasada. Y, si por lo contrario, durante tu vida, realizas acciones que van acumulando "mal karma", esto se volverá contra ti en tus existencias venideras.
También se habla del dejarse amar....Qué en teoría es algo muy bonito, pero para personas como yo, resulta  un tanto complicado.
Cuando la vida te va dando "palos", lo normal es ir aprendiendo de ellos y seguir adelante con firmeza y valentía. Pero, esas acciones vividas, te van volviendo desconfiado. "Dejarse amar"....esa frase despierta en mi un miedo irracional que no puedo explicar...Quizás sea por el mero hecho de que a veces pensamos que no nos merecemos ser felices, o tal vez, porque creemos que los jarrones de flores también se caen al suelo...
Miedo al dolor....miedo al sufrimiento....Pero, realmente...si nos aterramos con los pensamientos del "qué pasará si....?", ¿no hacemos reales dichos miedos?. Quiero decir...si realmente vives preocupado por el "no sufrir", no serás feliz jamás. La felicidad consiste en ser consciente de cada acto que realices, en amar, en hacer felices a los que están contigo, en sentirte pleno con todo lo que haces, pero...también, en dejarse amar.
Todos merecemos ser amados, y todos merecemos encontrar la felicidad. No es fácil superar los miedos...pero esto no significa que sea imposible. Merece la pena intentarlo. Merece la pena, dejarse llevar de vez en cuando y disfrutar sin preocuparnos en exceso de lo que vendrá. Merece la pena ser feliz.
Merece la pena dejarse amar....Yo, prometo intentarlo...¿y tú?